En Recursos Humanos, como así también en otras disciplinas, los textos se vuelven obsoletos y/o dentro de su esencia, cambian sus formas, su presentación.
En los últimos años me he visto en la necesidad de reescribir algunos de mis títulos. Reescribir quiere decir escribir un libro desde cero, desde la página en blanco. También los libros se revisan, en este caso, se lee en su totalidad, renglón por renglón, analizando si algo debe ser modificado. En algunos pocos casos, se mezclan ambos procedimientos, es decir, una parte se escribe desde cero y otra se revisa detalladamente.
Quizá la primera ola de grandes cambios se inició aquel fatídico día del 11 de septiembre del 2001 junto con otros hechos acaecidos el mismo año, denominados por la prensa “escándalos contables”, que originó la promulgación, en los Estados Unidos y al año siguiente, de la ley Sarbanes-Oxley (Julio 2002). Dicha ley involucra a todas las empresas que cotizan bajo la jurisdicción de la SEC (U. S. Securities and Exchange Commission), una agencia del Gobierno de Estados Unidos, la cual tiene entre sus responsabilidades principales hacer cumplir las leyes federales en relación con valores, mercados financieros, así como las bolsas de valores, opciones y otros mercados electrónicos.
¿Qué relación tienen estos hechos con mis libros? En el fondo de la cuestión, mucha. A partir de los dos hitos mencionados las empresas comenzaron a prestar atención a ciertos factores que, si bien siempre fueron considerados de algún modo, tomaron otro protagonismo. El comportamiento de las personas.
En septiembre del 2002, presenté -por primera vez- en la conferencia de cierre de un congreso en El Salvador, la necesidad de incluir valores entre las competencias cardinales. Para ello, me valí de las virtudes cardinales -Aristóteles, Platón, Santo Tomás de Aquino- transformándolas en competencias.
Ya más avanzado el siglo XXI, se fueron sumando cambios, también relacionados con comportamientos, entre otros, el mayor foco de las organizaciones en temas ambientales junto con una mayor conciencia de la responsabilidad social y la tecnología que modificó radicalmente y para siempre nuestros hábitos cotidianos sobre los fines de los 90 (la proliferación de las laptops, los teléfonos celulares e Internet) que luego, ya en los 2000, sumó otros factores que cambiaron aún más nuestros comportamientos cotidianos: los teléfonos inteligentes (smartphone) y las redes sociales.
Como una consecuencia de todo los anterior, nuestros clientes, situados en diferentes países hispanoparlantes, comenzaron a incluir entre sus competencias Ética, Respeto, Justicia, Integridad, solo por citar algunas.
Los distintos ítems citados hicieron imprescindible revisar todo el material publicado y fue así que, en primera instancia, reescribí en su totalidad los 3 libros que conforman la Trilogía (Diccionario de competencias, Diccionario de comportamientos, Diccionario de preguntas), luego le tocó su turno a Selección por Competencias, Elija al mejor, para continuar con Desempeño por competencias y 5 Pasos para transformar una oficina de personal en un área de Recursos Humanos.
Otros, como Dirección Estratégica de Recursos Humanos. Volumen 1 y Dirección estratégica de Recursos Humanos. Casos. Volumen 2 fueron reescritos parcialmente (70% nuevo aproximadamente) y todos, absolutamente todos, fueron revisados página a página, para asegurar un contenido actualizado.
Debo destacar el apoyo de Ediciones Granica al respecto, dándole prioridad a estos cambios y acompañando las nuevas ediciones con un diseño de tapa moderno y acorde.
Las personas, las organizaciones, encaminan su accionar de cara al futuro. Por ende, solo les serán útiles aquellas obras actualizadas, que planteen soluciones y caminos para enfrentar las circunstancias futuras, con la mirada puesta en 2020, 2025, 2030, según cada caso.