Continuando lo tratado en la nota Aspectos clave en los procesos de selección. El reclutamiento, me enfocaré ahora en realizar un análisis análogo, en relación con la entrevista.
Dos definiciones para tener en cuenta, según el Diccionario de términos de Recursos Humanos:
Selección. Conjunto de procedimientos para evaluar y medir las capacidades de los candidatos a fin de, luego, elegir, sobre la base de criterios preestablecidos (perfil de la búsqueda), a aquellos que presentan mayor posibilidad de adaptarse al puesto disponible, de acuerdo con las necesidades de la organización.
Entrevista. Es un diálogo que se sostiene con un propósito definido, donde entrevistador y entrevistado cumplen cada uno con un rol específico, estableciéndose entre ambos un canal de comunicación en un marco acotado por el tiempo y el tema a tratar. La palabra, los ademanes, las expresiones y las inflexiones concurren al intercambio de conceptos que constituye la entrevista. En la entrevista existen dos roles perfectamente diferenciados: entrevistador y entrevistado.
La entrevista es el paso fundamental en todo proceso de selección. Un entrevistador experto obtendrá, del relato de sus entrevistados, los comportamientos que le permitirán arribar a evaluaciones adecuadas, que a su vez lo habilitarán para brindar un asesoramiento de calidad a sus clientes internos o externos, según corresponda.
En el párrafo anterior utilicé la expresión “entrevistador experto” para señalar a aquel entrevistador con conocimientos y con experiencia. Un entrevistador entrenado deberá conocer las técnicas acerca de cómo preguntar y contar con la capacidad para observar comportamientos en las respuestas que ofrece el entrevistado. Adicionalmente, será necesario haber realizado muchas entrevistas para adquirir un nivel de experto.
A todo lo anterior, deseo también marcar un aspecto de orden superior, tal como se indica en la página 59 del libro Selección por competencias. Nueva Edición 2016, en el cual se hace referencia a las características para ser un buen selector.
Allí se señalan una serie de aspectos necesarios para ser un buen selector: Experiencia, conocimientos, competencias, actitudes y comportamientos, cómo preguntar durante la entrevista y, también, las referencias culturales y sociales. Todos estos ítems marcarán la interrelación entre entrevistado y entrevistador.
La expresión “referencias culturales y sociales” es utilizada en relación con la experiencia y trayectoria del entrevistado. Solo a modo de ejemplo, no es imaginable pensar que un joven con muy poca experiencia pueda llevar a cabo una entrevista a un futuro gerente general.
Si bien una persona con poca experiencia podrá contar con la formación académica necesaria, aprender la forma de preguntar en cada caso – las organizaciones con frecuencia cuentan con guías de preguntas o diccionarios de preguntas-, la interpretación de las respuestas, en el curso de una entrevista, no será plena. Igualmente, no contará con la habilidad necesaria para correlacionar comportamientos a partir del relato de los hechos o situaciones que deben ser extraídos de la conversación con el postulante.
Un cierto conocimiento del sector de actividad donde el postulante se desempeñará, de lo que el entrevistado hace en su puesto actual, de los distintos niveles organizacionales, de los roles que juegan cada uno de ellos, son imprescindibles para comprender cabalmente lo que el entrevistado dice durante una entrevista.
En resumen, todo es importante en un proceso de selección, comenzando por la elección del responsable del proceso en sí mismo. Una vez tomada esta decisión, la definición de pasos y plazos, será más fácil de determinar e implementar. Las chances de arribar a un buen resultado serán así más altas.
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