Cada inicio de año me siento igual: con un hermoso cuaderno en blanco en mis manos, no sé muy bien cómo comenzar a escribir en él. Siento que debo ser cuidadosa, escribir cosas importantes, de alguna manera perdurables, que no quisiera “borrar” luego por haberme equivocado. También pienso cómo organizarlo, si iniciar desde la primera hoja y seguir adelante, viendo paso a paso cómo van sucediendo las cosas o darle, desde el inicio, algún orden en particular… Las primeras hojas para escribir sobre tal cosa para luego continuar con tal otra.
Los comienzos plantean, por un lado, interrogantes, por otro, renuevan las esperanzas.
Venimos de cerrar un año difícil, desde todas las aristas que lo analicemos. Además, tenemos muchos interrogantes que no podemos responder aún. No obstante, la esperanza aquí está, viva, dentro nuestro.
El 2020 nos puso, a cada uno de nosotros, a trabajar y diseñar, a capacitar y capacitarnos, a administrar un conjunto de roles, intereses y obligaciones, todo, a distancia.
Vimos y analizamos, desde todas las miradas posibles, como implementar exitosamente Home Office, el nuestro, el de otros integrantes de la familia, los que trabajamos en Recursos Humanos, a través de métodos y procedimientos organizacionales que posibiliten el trabajo a distancia. Esta modalidad trajo beneficios que no se discuten, tanto para las personas como para las empresas, entre ellos, la ampliación de mercados y posibilidades.
No obstante, sobre fines del 2020 y, también, en los inicios del 2021, voces como las de Reed Hastings, cofundador y consejero delegado de Netflix y Martín Migoya, CEO de Globant, comenzaron a plantear que, si bien por un lado home office es una opción de trabajo de futuro, no solo una opción circunstancial, por otro, la innovación y la creatividad se ve fortalecida por la interacción cara a cara, destacando las bondades del encuentro casual en un pasillo, un café compartido, una reunión por un tema cualquiera que desemboca en alguna idea genial…
Volviendo al inicio, metas y desafíos por delante, y pensando en el momento en que el trabajo a distancia no sea una necesidad imperiosa, ¿qué rol debería asumir el área de Recursos Humanos? ¿proponerlo a la alta gerencia como una opción permanente?
Como en muchos otros temas, será una buena idea comenzar por aprender de la experiencia, desde compartir con colegas hasta informarse acerca de las vivencias de otras empresas, de organizaciones emplazadas en ámbitos diferentes al propio, para de ese modo adicionar una casuística interesante. No afectar -el rol de profesional de Recursos Humanos- con las miradas personales sobre una cuestión. Muchos directivos y jefes, incluso los profesionales de Recursos Humanos, podrían teñir con su propia subjetividad la valoración sobre una determinada situación.
Adicionalmente, investigar sobre las distintas modalidades de teletrabajo. En muchas organizaciones, y por períodos largos de tiempo, se ha practicado el teletrabajo, usualmente parcial, para algunos puestos, para algunas personas. También allí podrá encontrar información útil para analizar.
Reflexionar y formularse las siguientes cuestiones…
La mirada de cara al futuro, que siempre debe estar presente, requiere que me pregunte: ¿conozco realmente la visión y planes estratégicos de la organización?
¿Estoy informado de las herramientas de Recursos Humanos que permitirían a la organización, en la cual me desempeño, alcanzar la visión/estrategia y/o cambiar la cultura organizacional, cuando esto sea necesario?
¿Estoy informado acerca de si esas herramientas de Recursos Humanos contemplan a las personas? Considerando que todas las personas, independientemente de su edad y entorno familiar, buscan conciliar los distintos aspectos de su vida.
En materia de home office: ¿se están aplicando las buenas prácticas?
La máxima conducción / alta gerencia, que está analizando el tema, ¿considera solo los aspectos tecnológicos necesarios o, por el contrario, contempla a las personas, sus capacidades, necesidades y motivación?
Además de las necesidades en materia de tecnología ¿se están considerando las brechas en formación, tanto de conocimientos como en competencias?
Al listado previo, se podrán adicionar más cuestiones… dejo a cada uno determinar cuáles agregaría en cada caso.
A modo de resumen, una reflexión acerca de “por dónde comenzar”, recordando los roles del profesional de Recursos Humanos, haciendo especial foco en ayudar a la consecución de la estrategia organizacional y, al mismo tiempo, velar por las personas que integran la organización.
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