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  • Foto del escritorMartha Alles

Cómo surgió mi primer libro

La idea de escribir mi primer libro, como otras cosas en mi vida, surgió en un instante, un día que recuerdo muy bien. Fue como un haz de luz que apareció de pronto e iluminó algo en particular.

Antes de describir ese día, un poco de historia previa.

Convertirme en escritora, en mi caso, no fue un sueño infantil ni de los primeros años de mi desarrollo profesional. Surgió más adelante, quizá tímidamente, sobre la segunda mitad de los años 80.

Luego, la pasión por escribir se fue intensificando en los 90, publicando algunas columnas en diversos medios del momento: El Cronista, dirigido en aquel entonces por Juan Carlos De Pablo. De él deseo destacar uno de los mejores consejos recibidos: releer un artículo y tachar todo aquello que no fuese imprescindible. Aún hoy pongo en práctica tan sabia recomendación.

También, siempre antes de haber publicado mi primer libro, recuerdo Ámbito Financiero, Clarín, La Nación, revistas diversas, entre otros medios que recogieron mis columnas. En resumen, publicaciones en los principales medios argentinos de aquel momento.

El 20 de febrero de 1995 el diario El Cronista publica un artículo mío titulado Los jóvenes y su falta de compromiso. No lo recuerdo con exactitud, imagino que lo habría escrito pocos días antes.

Ese día, junto con mi familia, me encontraba de vacaciones en una zona alejada, en la Provincia de Entre Rios (Argentina).

A raíz de la publicación mencionada, el día en cuestión, la producción de un programa muy escuchado de la época, conducido por Daniel Hadad, en Radio América, comenzó a buscarme para realizar una nota. Me ubicaron después de más de una hora de rastreo. Antes de ello había dejado varios mensajes en el contestador de mi casa particular. Luego de haberse comunicado -en Buenos Aires- con mi cuñada primero, con mi hijo mayor después y haber realizado dos llamados al hotel (en Entre Ríos), dado que estaba registrada por mi apellido de casada (Cincotta) por lo cual la recepción del hotel no me ubicaba por el apellido de soltera (es decir, Alles).

Primero, sorpresa y, debo confesar, satisfacción, por la afanosa búsqueda de mi persona, motivada por el interés del periodista mencionado -Daniel Hadad- en dialogar acerca de la nota. Después, llegó el momento de la reflexión. Nos mirábamos con mi esposo y nos preguntamos, casi al mismo tiempo: ¿Por qué ese artículo había motivado tanto interés?

Entre otras cosas, durante la entrevista se me había preguntado por ejemplos concretos. Es decir, interesaba la conclusión de la autora, quizá representada por el título mismo del artículo. Sin embargo, importaba y mucho, la base empírica de la misma. No una teoría, una sensación, una creencia. Intuí que se demandaba, experiencias, casos concretos. Era mi fuerte. Estar todos los días, todas las horas laborables de cara a la realidad, trabajando con personas reales en un mundo real.

Esa mañana surgió la idea de escribir mi primer libro, el cual salió al mercado en diciembre de ese mismo año. También esta experiencia fue un aprendizaje importante para mí.

A casi 25 años de la anécdota, le agradezco infinitamente a todos. Mi primer libro fue una de esas experiencias que dejan un sabor agridulce. El libro tuvo una pobre producción, la correctora de estilo no entendía del tema, intentaba hacerme decir cosas distintas y, además, un fracaso en ventas. No obstante, fue una enorme oportunidad de aprendizaje.

Rescato la presentación que se hizo con una gran celebración en un lugar de moda, con los mejores oradores y a la cual asistió, orgullosa, mi familia y muchos amigos. Fue realmente una fiesta.


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