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  • Foto del escritorMartha Alles

Innovación y creatividad ¿de qué se trata realmente?

Una imagen frecuente, en el área de recepción de un condominio, es la llegada permanente de paquetes, de todo tamaño y procedencia.

La venta por Internet ha crecido de manera exponencial producto, especialmente, de los comportamientos del consumidor. Implica la combinación de una nueva forma de vender y comprar, sustentada en una logística robusta que permite la fluidez de las entregas.

Una aplicación en el celular, un click y el producto llega, en algunos casos, en 24 horas.

Pareciera un fenómeno nuevo. ¿Es así?

Sin ningún propósito de mi parte de desilusionar a los amantes de la modernidad, sus orígenes se remontan al siglo XVIII, intensificándose en el XIX, hasta nuestros días.

Productores y comercios diversos confeccionaban catálogos ofreciendo sus productos, incluyendo diferentes propuestas comerciales. La distribución de dichos catálogos, así como las posteriores compras, se realizaban por correo y los trenes de la época, también diligencias, distribuían paquetes. El ciclo implicaba un número significativo de días, semanas, meses.

Sin irnos a un pasado tan remoto, recuerdo unas pocas décadas atrás, catálogos que se recibían por correo, compras realizadas a través de un llamado telefónico, compras que llegaban… no fue hace tanto.

Aún hoy llegan algunos catálogos por correo, alimentando la nostalgia.

Una frase también eterna dice “no hay nada nuevo bajo el Sol”.

¿Cómo pasó un sistema que lleva siglos, de tardar semanas y quizás meses, a horas? A través de sucesivas innovaciones, en los diferentes pasos y etapas del proceso, en su conjunto.

De alguna manera, la evolución de las costumbres relacionadas con muchos aspectos de la vida, se podría dibujar en capas, donde las innovaciones se van sumando a cambios o innovaciones preexistentes, transformando un determinado hecho o circunstancia en algo nuevo.

De eso se trata la innovación. Transformar algo existente -agregándole valor- obteniendo como resultado algo nuevo. Innovación no implica hacer las cosas desde cero, como muchas veces -erróneamente- se interpreta y/o se desea llevar a cabo. Las excepciones a este principio, de existir, son muy escasas.

Solo para recordar, la definición de la competencia “Innovación y creatividad” en La trilogía dice:

Capacidad para idear soluciones nuevas y diferentes dirigidas a resolver problemas o situaciones que se presentan en el propio puesto, la organización y/o los clientes, con el objeto de agregar valor a la organización.

Las organizaciones y, dentro de ellas, muchos puestos de trabajo requieren algún grado de esta competencia, a partir de la cual se espera que sus integrantes aporten “soluciones nuevas y diferentes” quizá en la utilización de una herramienta, en la aplicación de un procedimiento, etc. Es decir, no se espera un aporte fuera de la esfera de actuación de cada uno.

Si los integrantes de una organización, en su conjunto, y cada uno desde su puesto de trabajo, adicionaran a su accionar miradas tendientes a solucionar problemas y mejorar resultados, se podría realizar un aporte conjunto e individual, para de ese modo, alcanzar una mejora continua y sustentable.

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