Los “años 20 del presente milenio” han presentado -y presentarán en un futuro- grandes desafíos a los especialistas de Recursos Humanos.
EL teletrabajo es una opción laboral con muchos años de vigencia, podríamos ubicar sus inicios y difusión en los años 80/90 del Siglo XX. No obstante, su aplicación en Latinoamérica era escasa, solo en casos puntuales.
El confinamiento obligado del 2020 encontró sin herramientas adecuadas a la mayoría de las organizaciones. Por lo cual y de inmediato, equipos de trabajo conformados por directivos y especialistas, tanto de IT como de RRHH, debieron implementar de un día para el otro, una serie de procedimientos ad hoc, con diferente grado de efectividad.
En resumen, la Pandemia 2020 obligó a incorporar nuevas formas de hacer las cosas y así surge una nueva filosofía: Gestionar sin estar.
Veamos su definición:
Gestionar sin estar es una filosofía de trabajo, una forma de hacer las cosas más allá del lugar donde se realicen las tareas; implica conducir una organización en la cual ciertas áreas desarrollarán actividades a la distancia, como consecuencia de lo cual algunos directivos, jefes y colaboradores cumplirán sus respectivos roles sin estar físicamente presentes.
No todo fue, ni es, color de rosa. No todas las experiencias han sido positivas. Muchas organizaciones proponen ahora la presencialidad completa. Al mismo tiempo muchas personas desean continuar con el trabajo remoto. No todos han llegado a un acuerdo satisfactorio al respecto. Unos y otros comprendieron que las cosas se pueden hacer diferente. También que los extremos no siempre son la mejor opción.
En este contexto, las perspectivas permiten avizorar organizaciones con formas de trabajo combinadas: presencial y a distancia.
Para lograr un desenvolvimiento efectivo de las distintas variantes, algunos principios básicos que proponen las buenas prácticas marcan el camino a seguir. Buenas prácticas que sin ser “nuevas” permiten aunar los objetivos y propósitos de organizaciones, directivos y colaboradores de todos los niveles.
Para lograr resultados exitosos en las formas de trabajo combinadas, contamos con las buenas prácticas que ofrece la disciplina Recursos Humanos adicionándole las buenas prácticas en liderazgo y management: directivos y jefes que asumen su rol de entrenadores, que delegan efectivamente, que “son buenos jefes”. Todo junto y al mismo tiempo.
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